jueves, 16 de octubre de 2014

Dios nos salve
pero aquí, quedito
un perfume de nos
saturando las vías del hombre
su sinsentido
dándonos un pedacito de hambre
de las buenas
para surgir y callar
y gritar y acostarnos
dormitar la densidad de la luna
habitar las piedras preciosas
de los jardines que fueron olvidados.

Dios nos salve
siempre de no decirnos
un te amo
Dios nos guarde
para decirnos benditos
por cogernos hasta en el metro
por hacernos reír
y mandarnos a dormir
con la buena de cada noche:

que hay luna y hay promesa
de un nuevo día,

una mañana de trigo y mar
como hoy
cuando venimos a adorarnos el alma.

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