lunes, 13 de octubre de 2014

Rompe la danza carne
su ola impregnada de deseo
esta estepa que arde
en la línea azul del manto que no llora.

Rompe la herida sexuada ahora
promete el sueño en el simiente
gira este seno batiente
en libertad aguerrida de sueño y gloria.

Rompe del rostro amante
su turgencia urgente de alisura
ábrelo ya ángel
y deja que en él vivan
los espacios fogosos del tiempo.

Ábreme el corazón, Amor.

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