martes, 14 de octubre de 2014

Me gusta el pan que sirves sobre esta mesa
pan de caricias de centeno amasado
con saliva viva de amor futuro.

Me gusta comerlo al caer el día
pues de pronto pienso que eso era el cáliz:
un hombre y una mujer
abrazados por la mente y el corazón
diciéndose la vida diaria
entre risas y te amos.

Me gustan tus ojos cansados
brillando en octubre de luz paraíso.
Tu luna compitiendo con la mía
siempre tomadas de la mano.

Me gusta el café que bebo de tu boca
y el ámbar de tu fuente serena.

Me gusta que me digas cosas
como que soy roca y bandera.

Me gusta estar aquí, en este lado del mundo,
con tu corazón como mi casa
y mi casa llena de tu amor.

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