Hoy no,
afuera los reproches.
Hoy soy madre y niña,
mujer que se lima
de cinco a siete
las penas de la antepasada tarde.
Hambre que no se maquilla
las ganas de intentar
otra vez
la dulzura del mundo.
Medias para ocultar
que no tengo ganas de ocultar nada
empezando por esta alegría
que me hace extraordinariamente rara
y qué bueno,
significa que alquilé
indefinidamente el cielo.
Hoy no,
mañana, tal vez,
los reproches.
Que avance el viento
y la luna me cuente
las historias de las mías
hasta que yo me duerma y sueñe
o primero sueñe y luego cante.
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