Vas. Tiro la primera piedra.
Soy una inocente cualquiera
de pedir perdón a mis descendientes
-directos o indirectos
da igual-
por los errores
que no he cometido
-pero que pago-
y de exigir perdón
a todos mis antepasados
-directos o indirectos
ibidem-
y de abrirme el cuerpo
para sacar a ondear el alma
recorrer desnuda la palma de su mano
ser el misterio sincerado
de lo que significa en mí
ser mujer.
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