Cuélgate de una campana:
y, no sé, la vista aérea tal vez resulte.
Un canto de ángeles desde la tierra-plaza central
escucharías;
un cúmulo de cirros entre autos
acumularás.
Y la soga...
esa la dejamos para Platero
o para Platón, total, ambos son ya más ficción
que sujetos.
Cuélgate de esta campana
olvídate de todo lo demás.
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