Abrir los ojos: no ver al dinosaurio de Monterroso, ni a algún animal galáctico o etéreo.
Saber y conformarse con que está, rozando el perímetro de mi dermis, la dermis que cubre tu nombre y lo hace fuerte frente a mi incrédula, pero viva,
fé.
sábado, 17 de octubre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario