lunes, 19 de octubre de 2009

Amarillamente

Amarillamente comentábamos la escena
que era vivir en la China Socialista
en este sofá lounge, mullido asiento,
sonido sourround para aderezar el anverso
meidincháina de sus patitas cuneiformes
escribientes las cinco de una historia que se burla de nosotros
al pensarnos los conquistadores.

Al levantarnos, amarillamente y de nuevo,
un caracter entre arácnido y convexo
nos dijo que la vida era chistosa
hasta que se reía de ti en una lengua que jamás entenderás

Porque lo tuyo es el alfabeto griego.

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