lunes, 19 de octubre de 2009

Finde

Elegir tocar el viento tras la ventana
cantar tarantelas antes del amanecer
observar tu cuerpo dormido imaginariamente
mientras tu tortícolis te ata a esta silla de madera
que ni Pinocho querría poseer.

Así acabó tu fin de semana.

Abajo, una sensación que aplasta las vísceras.
Arriba, una esclavitud áurea
inmortaliza ese pequeño paso que das
entre el existe y el haber.

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