viernes, 30 de octubre de 2009

Poemas de Muerte V y VI










Poema de Muerte V Esquerzzo


Mira el péndulo
te baila sus caderas
para que lo imites.

El punto focal en esta tierra
se dispersa entre las galaxias
de tus células.
Vuelas sideral,
vuelas esta vuelta de página.

El señor barbudo no está ahí.
Todo es blanco impoluto
y se convierte en big-bang con olor a naranja.

La flor del campo
la dejamos en cualquier otro día
aquí hay sinfónica y es réquiem
y es esquerzzo y es alegría.

Óyela caer.

Miro el péndulo
las manos se me ahogan
la caricatura que soy se difumina
suerte que Alá tampoco esté
ni los dioses de mis eras anteriores
ni estos eones clavados en mis zapatos.

Suerte de materia insensata
regresar al punto inicial
y sentir la galaxia al fin
ser galaxia no,
pertenecer a ella otra vez
sí.



Poema de Muerte VI


Abajo,
dentro del manto sublime
yacen las caras, los gritos,
las infamias.

Los colores, las cobijas,
los poetas sin galaxia,
los pintores con la luna fresca
y uno que otro músico
pendiendo de su guitarra.

Un político ausente
tres acomedidos en recordarle su vida nefasta.

Varios insurgentes,
jóvenes rebeldes
que no creen ya en la democracia.

Una vieja que llora a los ausentes,
una mesa con dos sillas menos:
parlantes apagados que hablan desde el otro lado
de su infancia.

Y este agujero negro que recuerda
lo infinitesimales que son
y se miran
después de cruzar el umbral
para unirse a la nada.

Díganles que no hay motivo
para tener miedo
a lo que ocurre detrás del holograma.




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