algo de largo alcance
aliento que se elongue
tanto como las ganas
de sobrevivir este embrujo.
No hay apocalipsis
estando sentada enmedio de dos almas,
filo de montañas
sendos crepúsculos que se reinventan
la soledad ese día
salió por la puerta trasera.
Y mi alma dio un giro sublime
allá, donde está la real tríade de dios:
Uno beat, uno que es sacerdote
y otro que más que ícono sexual
fue luz y gurú del lado B
de esa asquerosa nación.
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