Las cinco. Papá agarró su maleta
dio puerta a la imposición de un fallido sistema familiar.
Agosto. Un chupón es el mundo entero.
¿Qué gira? Nada.
Sólo es papá que se marcha.
Es papá que no vuelve más.
Más que en fotos dominicales.
Ochenta y tres. Ni siquiera sabes contar.
Verano. Hay una lavadora que recicla
el portazo en cada cabeza de refugio
que conoces.
Aprendes-y caes-te aislas-te deshaces en la primera sílaba de tu nombre- emerges, medio renaces- vuelves a comenzar.
Las cinco. Un grito es el punto clímax
del breve adagio a bofetadas, opus aguántate mujer número 26.
Soy reloj atrapatiempos, soy tablero de dardos
soy todo, agua, repiza, tacones, letras, voces, cansancio,
Sartre, 17 años, qué habría sido si todo lo hubiese parado ahí,
estornudo, neurosis, insomnio, tortuga sin coraza,
abogada con demasiado corazón.
Octubre. Todo vuela tan rápido. Todo es tan vacuo
sin ti que no tienes nombre
ni cara, ni huesos, ni raíces, ni olor.
Dos mil nueve. Jesucristo nunca debió decir la frase "Dios y hombre".
Doy el salto cuántico.
Dejo de contar desaires
agarro mi propio avión.