Y a todo esto para qué
la risa con lustre
los pisos pulidos
estos muros inmaculados
las cremas para dejar de pensar
en las metonimias
los chistes eternizando la comida
esta voz suave
alisando chaquetas a la distancia.
Tú no estás. No estuviste.
Te llames como haya sido
uno, dos, diez mil fonemas
jamás supiste escribirme amor.
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