Quiero un sol araucano
nubes y flores bordeando mi esqueleto
el tejido adiposo
esta canción en mis oídos
que no se cansa de repetirse:
yo he de ser el tobillo de piedras
que pise el nuevo mundo,
yo he de alimentarme de tu luz
cuando el mundo se nuble.
Tigre, guerrero, vuelve a contarme
los días sin fin
habitados en tu boca.
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