lunes, 20 de junio de 2011

Para una visita melíflua

Pisaste mi tierra agridulce,
te vi pasar tus dedos
por el canto que fue mi lengua
y ahora compartimos en silencio.

Si pudiera traspasar tu línea invisible,
si pudiera volar tu frontera ultramar.
Si pudiera matar el enemigo del desierto...

Le contaría a tus manos
todas las noches que recé
para dar contigo
Le dibujaría a tus brazos
todas las noches que no duermo
para jamás olvidar la bendición de tu beso.
Le diría a tus ojos
cuán necesario es un artefacto
para atrapar toda la luz.

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