No me traes muerta,
Amor.
Simplemente te repito
para que le dés más terciopelo
a mi entrepierna.
Y a mi lengua abierta,
a mi seda roja musical
y a esta cajita de luces llamada cerebro.
A mi comida
a mi desayuno
a mi desesperanza
a mi orgullo
a mi burdel de disparates
a mis guantes imperfectos
a mis letras invisibles.
A mi boca
que a veces la siento
medio muda
y otras
a punto de turrón con lava.
A mis oídos
que a veces olvido oírlos
Y a mis ojos,
que no te encuentran
ni te miran ni te tientan,
Amor,
tópico entre los tópicos,
enigma filosófico desconcertado.
A mis ojos,
lo más crédulo entre lo crédulo
de todo lo que contiene mi nombre.
domingo, 12 de junio de 2011
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