Y me decías que me habías visto por aquí,
así, medio loca,
con cara de bisturí sangrando.
Y me describiste una tarde de sábado
cuando nadie te pelaba
y tus amigos tenían novia.
Yo tenía la cara limpia, dices.
Parecía un ángel inacabable
de buena voluntad y silencios prolongados.
La verdad no tenía muy claro
lo que era ser mirada
por un voyeur como tú
pero la verdad no creo hubiera sido demasiado:
ahora hay mejores ojos en youtube
y yo estoy muy cansada para estas confesiones,
pienso y te digo con mi popote mordido:
Mira lo que es la vida, cuando los caminos se juntan
arar es más que un colectivo obligado.
Luego, te doy la mano
sin darte a entender
que no me importa
si tu mamá cocina muy ricas galletas
y algunas las vende crudas
o si tuviste barros hace una década
porque aún sigo teniendo piel de infante.
miércoles, 15 de junio de 2011
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