Contigo aprendí
las cosas por las que esta noche
sigo viva.
Nada me hará más feliz
que sonreírte
desde mi propia Casa
que es este pedazo de cielo.
La distancia no es un puente que se quiebra
ni un adiós tendido por nuestros brazos.
Llegaste sin pensarlo
como lluvia para el desierto
y mi arena esperará por ti
si otro beso que me catapulte a las estrellas
quisieras en mi pecho alimentar.
El viaje es infinito.
Yo platico con Dios
para que nos recuerdes a los dos
cantando las mariposas
de un milagro llamado tiempo perfecto.
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