Extrañaremos los pétalos
y la turgencia de la voz que se esconde
en el ocaso de un sol de mayo.
Tramitaremos los pasaportes,
viaje sin fin a la tierra del durazno
y de la pelota del niño
y del olivo en flor.
Extrañaremos los pétalos
porque Junio va perdiendo la tesitura
de la cauda llamada inocencia
y se pierde en el fuego
que otros suelen llamar verano.
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