jueves, 24 de abril de 2014

Segunda noche

Porque haces mucha falta 
procuro pensar en ti como el gran latido
la lengua húmeda abrazando mi boca
tus manos dulces prometiéndome la paz,

y la tengo. 

A saber cómo. Hoy
tu ser se encargó de mecerme
susurrarme que la distancia es ilusoria:
toco tus nuevas hojas
y ahí están tus yemas; 
miro la luz y sé que me llamas. 

Amor, 
en verdad te digo que tu casa está en paz
y te juro que a partir de anoche
yo erijo sus ventanas con besos tiernos 
ternura de tu risa hecha plata. 

Amor, 
en verdad te digo que mi falda está bordada
de pétalos y caricias para ti
tú, señor de las olas dulces
mi vida plena cantada
donde las aves anidan sus himnos al sol. 

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