lunes, 7 de abril de 2014

Ola y vehemencia

No hay ola más deseada esta noche, 
Amor,
que ser silencio amante para ti
bálsamo sin fonemas. 

Quiero abrazarte así 
para verter mi ternura. 

Quiero abandonarme en ti 
para que conozcas esta fuerza. 

No hay objeto sin lugar divino. 
Mirando las estrellas comprendemos
los dedos enlazados
que la casa está en paz. 

No hay ola más deseada esta madrugada,
Cielo Amado,
que encallar esta nueva pureza en tu alma
y decirte sí, 

todo irá bien. 

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