Aquí, junto al charco que es luz
y que es galaxia y que no somos tú
ni yo,
te pienso casi eterno.
La lluvia ha traído para mí
la mágica gama
Altagracia, le decíamos unidos
entre sueños,
del porvenir incierto y este reloj que no da marcha atrás
pero sabe los pliegues de nuestros labios
y las mariposas que no parieron
porque nacieron en este teclado
y en la frontera
del desquiciamiento humano globalizado.
No fuimos culpables, fuimos accidentes
testigos de lo que un verso no hizo en el mundo allá afuera.
Por eso nos amamos tanto.
O al menos, yo lo sentía así.
Y ya tu cara se me borra de la palma de mi mano
martes, 1 de diciembre de 2009
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1 comentario:
Wow! Marlencilla. FENOMENAL!
ABRAZOS!
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