Estrujé las palmas de futuras manos
que no sabrían el sentido
de la magia de tus besos ocultos.
Me queda caminar directo a otro sol
menos amplio
menos eterno
con la promesa en la boca:
ha habido un derrumbe de amor
y tú sólo te quedaste dormido
en mi trayecto de la inocencia a la adultez.
Pervive en mí la razón pura
llamado espíritu de amor.
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