jueves, 31 de diciembre de 2009

Bautizo

No crearé al callar la distancia
ni cerraré los ojos para no enlazar mi ombligo lunar
a las palmeras de mar desértico que es tu nombre
le hace frente y lo evoca.

Es este silencio el puente más azul que tengo
para decirte que estoy a tu lado
porque te llevo conmigo.

Te llamarás fe,
aunque a veces ni tú mismo te creas la designación.
La fabricación del nombre o su razón.

Así te bautizo muriendo este cuerpo de tiempo
y así te llamo en el ahora violeta
que miro en ti
a kilómetros de tu aura que me llena toda de alegría sutil
para bajar de los infiernos del mundo
y galopar resquicios de luz
todos saciadores del hambre voraz que llevamos en el alma
de poder ver lo prístino
en el mismísimo caos de dios.

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