No estoy obligada a escribir esta tarde si no quiero
finalmente, la espera es igual al desconsuelo
en una tarde gris de lluvia adolorida.
No estoy obligada a decir que vivo por alguien
si finalmente soy yo la que respira
y lo hago como siempre, con o sin espinas:
para mí no hay crepúsculos sin bermejos ni añiles
que me sepan a pasado y a futuro con sabor a Abril.
No estoy obligada a decir nada trascendente
pues la trascendencia es de los dioses
y yo soy una
pero hoy me encuentro dormida
en la lejanía de un "no estoy aquí".
No estoy obligada a decir que soy de acero
y que por mis cuencas ya no corre el llanto de enero
en pleno julio, con la brisa que me ve partir
de los episodios que termino,
uno a uno
momento a momento...
Pues me revivo a cada instante
en cada segundo me reinvento
y a ratos soy flor
cristal, metal, llanto o viento...
Pero nunca lo mismo:
la misma de siempre soy
todas y ninguna
fragmentos y totalidad
dualidades con y sin sol
con y sin luna...
No estoy obligada a entregar el más maravilloso de mis poemas
pues esta tarde
todo existe
menos un impulso
que me dé un fragmento de verdadera inspiración.
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