lunes, 28 de julio de 2008

Nuestras Bodas de Plata

Son ya 25 años, terruño amado
delirio del desierto
oasis de un valle semidespierto
antigua Ciudad Dorada
refugio del dolor.

Son ya 25 años los que llevamos juntos
a veces bien fundidos
el uno con el otro
vaho que se hace uno
al salir el sol

tus tesoros nunca fueron encontrados
entre tus arenas ni entre tus perones
pero dime quién necesita más riqueza
que ver tu lluvia
tus Zapalinamé
tus atardeceres con dirección a lo extinto
metamorfosis que sólo las garzas
en su torpe travesía
logran ver.

Son ya 25 años, y tú y yo como si nada
debimos ser algo más en otra galaxia
una suerte de verdugo y víctima
abeja y flor.

Nuestro matrimonio ha sido
como lo que en tu seno conservador debe ser
iracundo, tierno, suave y estrujante
debe ser que en tu tierra, amado mío
se cumple la sentencia del Hotel California:

Los que nacemos no podemos salir de aquí
y aunque lo hagamos
tarde o temprano regresaremos a tí

Los que te visitan
enredados en su cuello un hilo rojo les atraviesas
y encarna en sus vísceras
y se vuelven maleza
que solo en tu suelo cura y alivio pueden encontrar.

Como aquel alemán
que te conoció hace más de un siglo
y que de judío pasó a ser
el más arduo testigo
de las lágrimas de una virgen morena
que quizá nada tenga de cierto
excepto que a sus pies, serena
resguarda sus restos
su apellido
y su amor.

Y aunque de ese alemán tengo el genio
que me militariza y me da consuelo
creo que mi silueta prefirió
arañarte tus ojitos de agua
con mis caderas
dignas de una tlaxcalteca
descendiente de indios ricos
que a tus nativos
al otro lado de este mundo llevó.

Son ya 25 años, amado mío
y tú y yo hemos hecho del sigilo
de tantas y tantas noches
en la oscuridad de tus montes
la pelea y el arreglo
el juicio y el anhelo
de dos pieles que van juntas
caminando hacia el verdor

Que sólo mi madre y su madre
y la mujer que le crió de niña
supieron conocerte, antes que ciertas aves de rapiña
enanos con deliros megalómanos
y otros pájaros sin redención
bombardearan tus suelos
tendieran puentes hacia el cielo
-como si otro puente compitiera
con tus arcos de colores-

Como hoy, que por tus cuatro puntos cardinales
estás todo maltrecho...

Ellos dicen que para hacerte más guapo
más varonil y más eterno.

Yo pienso que sólo es
para pasar el tiempo
por debajo de tus túneles recién encontrados
a donde llevarían las arcas
llenas de oro prefabricado.

Ese mismo que ambos sabemos
que no existe en realidad.

Como el oro de sabernos juntos
en la salud y en la enfermedad
en la pobreza y en la riqueza
en el bien y en la adversidad...

Hasta que la muerte nos separe.

Por eso hoy te digo:
Felices bodas de plata, amado mío
víctima y victimario mío,

Saltillo y nada más.

1 comentario:

mike dijo...

Chamaca, estás trastornando mi intelecto con tus palabras. Nunca antes me había preguntado cómo sería ser ciudad. Ahora me gustaría saberlo ;)

No creo que se extingan los Garrik, de hecho espero que no. Creo que es muy rescatable la idea de poder alegrar a la gente aún cuando por dentro estés deshecho. Supongo que es mejor que andar causando pena ajena.

Felicidades por los 25! :)