manos entretejidas de color
caballo de mar no andante
corazón entregado a un solo amor.
Muchos te critican y otros te admiran:
las féminas nunca pensaron igual que tú
tan rebelde, tan sin miedos, tan decidida
sensible en cuerpo y alma, pintar era tu virtud.
La procreación no fue con criaturas humanas;
tus hijos fueron tus ideas expresadas en un lienzo, procedente de tu penar.
No existe pena más fuerte para alguien de tu estirpe
que sentir la fuerza del felino en jaula de metal…
sentir la tristeza de quien nunca ha sabido a lo que sabe la maternidad.
Pocas se atrevieron a expresar lo que sentían
y ayudarse con el empuje el ideal
de un cambio inmenso y radical:
tú sabías que necesario era
a tu país cambiar para poderle ayudar.
De lo único que te asiste fue de tu Rivera
quien nunca dejó de orbitarte y estar a tu vera;
amor sin fidelidad pareciera una grosería
pero no ser congruente con tus circunstancias era para ti una tontería
Y en el umbral de la muerte,
tus expresiones e ideales tuvieron la suerte
de quedarse aquí para siempre
entre pinturas, tabaco, vino y flores
todos ellos guardados en las paredes añiles
que fueron el morar de tus amores.
Muchos te recuerdan y esperan
que alguien como tú vuelva a la vida.
Nunca ha existido mujer como tú
tan humana, tan distinta, tan sumisa…
tan libre por dentro, tan Frida.
Escrito el 6 de Julio de 1999
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