miércoles, 2 de julio de 2008

La Estatua y el Cincel

Como estatua de mármol
con arados de cincel
así está, fijo cual árbol
el deseo petrificado del sueño aquél.

Que una vez fue joven
y conoció la ambrosía del amor;
ahora es un anciano
suplicando por ella con fervor.

Pero las estatuas no piensan
sus relojes los segundos robado han
y entre su tic-tac confiesan
que su tiempo no le devolverán.

Inútil sería
mostrarle a la roca esculpida
que la muerte vendría
sin él haber recobrado la experiencia vivida.

Entre llantos las hojas le muestran
cuán dañino fue decidir
y comenzar la fútil espera…

Pero las estatuas no piensan
su espíritu lejano está
de recobrar la autonomía
del joven que entre sus rocas encerrado está.

Como caja de ébano
con adornos de plata
ahí duerme, tibio y circunspecto
la vida que se le escapó de un momento.

Al que una vez joven fue
y que ni con el llanto de su espera
apagar pudo su sed.



De la Serie "Retratos Hablados del Yang"
Escrito el 25 de Noviembre de 2002

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