Tengo un nudo bien cerrado
parecido a un secreto
y que no desanudaré
por temor a desnudar mi alma
por temor al silencio que me come
las entrañas
las utopías
el pensamiento de un no sé qué.
Tengo una piedra sobre mi espalda
parecido al sentimiento de culpa
por mentirle a mi corazón
y decir lo que no es.
Tengo un sentimiento guardado entre algodones
para que nunca sea encontrado
para que la luz no la pueda siquiera ver
de noche sale y respira aire
de día duerme
y nadie lo sabe crecer.
Tengo un silencio
pactado con sangre
en los dedos, en el corazón y la piel:
El ego es a veces
lo suficientemente sabio
como para dejar al alma
dejarse caer.
Tengo una encomienda de vida:
una vez se es suficiente
como para naufragar
en las profundas aguas del amor y las caricias
como para intentar siquiera
ahogar la cabeza una segunda vez.
Algún día entenderé mi propio dicho:
"Los sueños no son sueños
si así no los queremos ver".
lunes, 21 de julio de 2008
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