martes, 30 de diciembre de 2008

XXVI

Por los Toblerone
las galletas y las piñatas
los azules tranquilizantes
las estrellas rojas, amarillas y moradas.

Por los buenos ratos
las caídas y las levantadas;
por la magia de amanecer despierta
aunque a veces no lo quiera
y otras parezca que no quiero ir a la cama.

Por los viajes, las montañas
los mares y los animalitos en sus aguas
por este cuerpo que crece
mientras yo veo que se acorta la distancia;
por el llanto y la luz
por la belleza que a veces me acompaña.

Por la fe que siembran en mí sus ojos
por la salud de los que amo y sé que me aman.
Por la soledad y la compañía
por las películas
y las lecturas a lámpara encendida.

Por los videos, por mi melomanía
por mis buenos deseos
de ver la humanidad unida.
Por mis caprichos
y mis silencios fuera de sintonía.
Por mi rebeldía
por esa dulce convicción
de jamás cambiar mi ideología.

Por no haberme amado lo suficiente
porque no lo sabía.
Por permitirme amarme hoy
que sé que es un derecho con garantía
de que las nubes se van
y los arco iris devuelven la armonía.

Por los veranos y las heladas
por los besos y las llamadas;

Por los planetas de dulce mirada
por los 26 Soles
con sus 312 Lunas enamoradas
por las sonrisas de los que amo
por esa mano que mece mi andar.

Por estos veintiséis años de vida
Gracias Padre-Madre
por permitirme llegar.

3 comentarios:

Marcelo Dance dijo...

Imposible describir mejor el vasto universo Marlenístico...

Como una cuerda vibrando que suena a alguna nota conocida, pero a la vez tan infinitamente distinta de las demás notas que siempre hemos escuchado...

Somos nosotros (los que intentamos conocerte, a la distancia, desde lejos, pero cerca) los que deberíamos agradecer a tus padres por haber creado un ser tan especial...

Besote!

Marlén Curiel-Ferman dijo...

Gracias, Marcelo.

Creo que más palabras ensuciarían mi agradecimiento sincero.

Pax

Anónimo dijo...

Por que no:)