Que se mueran las mentiras, los aplausos y los duros menesteres.
Que se muera el musgo, la gloria, el asfalto y la solicitud.
Que se mueran las palabras sucias, las promesas de cambio
las historias tórdidas, los brazos enmedio del llanto.
Que se muera este día de calendario, las sábanas solas
los cigarros y la pulcritud.
Que se mueran los sabios, los altaneros y las noticias
que se mueran las galaxias del cine
las mujeres eternas y los hombres-bogart.
Que se mueran los chantajes, los pedestales y las horas ya muertas.
Pero que nunca te mueras tú
razón de razones
aire en tierra sin virtud.
viernes, 26 de diciembre de 2008
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