domingo, 28 de diciembre de 2008

Cantar el himno (antes de la metamorfosis)

Porque me quedan unas horas
antes de la metamorfosis
cantaré la canción que le hice
al mundo de bolsillo
que su cabello de estío
es para mí.

Las notas de mi himno
suenan a lunas y soles
a saturnos y neptunos
trompetas y tambores
y a las guitarras guardianas
de todo lo que es en mi suelo
su nombre,
su estirpe de guerrero.

Porque me piensan loca
aprovecho la falsedad
como un viento a mi favor:

Que el que ame de veras
se aviente contra sí la primera piedra;
verá
cuántos le lapidan
por tener la dicha de volverse deidad
cuando agarra el corazón
y lo pone de escudo
para que otros le apedréen
para que fracasen sus ganas de matar.

Bajo la sombra de la tranquilidad
todo palpita como una sinfónica:
mi sangre se siente libre apenas pienso su nombre
y la tierra bajo mi silueta duerme en paz.


Porque me quedan algunas horas
antes de la inevitable transformación
me entregaré toda como me habré visto:
y de un puño respiraré el oxígeno
de mi mundo callado,
de mi eje-motor.

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