Desprenderé veinticinco girasoles
desencarnaré pasados tristes y rencores
me daré la vuelta
y le daré la espalda a los temores
pero nunca me daré por vencida
y mi cruz violeta cimbra
para hacer valer mi voz
en medio de esta jungla sombría.
El amor todo lo vence
que las envidias jueguen
a ser harpías si quieren
la inocencia en mí se mantiene:
amor por amor no es lo mismo
que manipular a placer
y cuando le conviene.
El mar puede encresparse
en altas olas que borran
de la arena huellas indeseables;
Bendito sea el día
en que mi nombre
se llenó de aguas turquesas.
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