Antier apareció tu nombre
entre mi hoy y yo:
la portada me trajo recuerdos de agosto
varios poemas que quitar no quiero;
y una ilusión que se remoja en el rostro
de una noche sabatina que apenas pasó
cuando saqué ese texto
que ambos sabemos es mío
(pero que ahora ni tu sombra veo
será porque me sientes loca
-pero no tanto
como me siento yo-).
Ayer tuve una lágrima marchita
que por fin salió en un río azul:
siempre los finales son cruentos e inciertos
pero éste ni siquiera
planeó empezar alguna vez.
Antier apareció tu nombre
bajo el brazo de la luna
que de vez en cuando me hace enternecer:
recordé todo lo bello
que quise
recordé que estás lejos
recordé que es mejor
en este sueño fenecer.
(Hoy volveré a dormir
con ese mensaje bajo la almohada
para no sentir
que el viento helado
de la navidad me atrapa
para sentir que mis 25
se iluminaron gracias a ti).
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