Alza mi vista tan alto como puedas
dime que eres esa estrella
la Luna de mi vientre
el Mar de aguas perpetuas.
Abraza este silencio con el que me espetas
hay algo en el aire que me dice
que donde estás sentado me piensas.
Tanto como las ganas de vernos
a estas horas
con la noche fría a cuestas.
Porque esperar cuatro soles y lunas
es demasiado
cuando uno ha encontrado
la razón de estar en este momento
en las pupilas
de quien de todo se espera
excepto el dolor
que habita allá afuera.
Alza mi voz hasta tomarte los dedos
y guiarlos por donde soy yo
llevarlos hasta mis anhelos
dibujarlos en el ruido silencioso
que suena mientras no nos vemos.
Envuélveme con tu mirada
hazme un espiral con tu agua llamarada
y permíteme esperar
otórgame el milagro de constatar
que el amor lo puede todo;
Incluso desenterrar
a muertos que ocupan tumbas
antes de ser llamados a la otra vida.
Lléname de tu cítrico sabor
quiero oler el color naranja de tu sueño
ser el arco que te recuerde tu primer casa-seno
los brazos que te arrullen
los labios que te abriguen
te quemen, te magnifiquen
te pronuncien letra por letra
hasta completar tus días
las líneas de tus manos
el corazón de sandía que casi nadie porta
porque en este mundo
la mayoría ha sido petrificado.
Aniquílame el pesimismo
vuélvete mago de lo incierto
invítame a vivir en un espejismo
volvámonos uno
antes de que el mundo corra
y nos aparte del milagro
que se llama fe en el amor.
domingo, 7 de diciembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario