jueves, 29 de mayo de 2008

Poemas mostrencos. Parte II: La hermana gemela del frenesí

¿Quién dijo que dentro de cinco horas me he de levantar?
No puedo dejar mi cuerpo para buscarte en sueños
sin antes escribirte una sóla línea:
las barreras cibernéticas me frenan durante el día
y ahora debo escribir en clave lo que siento por ti.
Y como no estudié para espía de la KGB
dudo mucho que sepa encubrir con una frase artística
enigmática y desconocida
la luz que me irradias cuando tocas mi mirada.
Por eso decido escribirte un verso nocturno
para que al amanecer tú veas
que mi matutino silencio es sólo el breve discurso
que separa la claridad de las coordenadas
de mi conciencia militarizada
de la espesura con que te aguarda
el punto más oscuro y luminoso de mi ciudad.
Por eso te escribo hasta estando dormida
eres la inspiración de quien no conoce las reglas
y con gusto las quebranta
para ser feliz una vez más.
El mensaje de mis ojos y mi sonrisa
es igual a los que ves aquí
Aprende a leer entre líneas:
la serenidad es hermana gemela del frenesí.

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