martes, 20 de mayo de 2008

La primavera del 2008

Horus desenfunda su espada
de un mágico fulgor hace nacer la luz silente
Horus tiene presente
el leve peso de las almas
en la boca, en el plexo y en la espalda.


Y en letárgica seducción
desnuda violenta Amarylis:
pasea sus rayos por entre sus pétalos
brotando de ella los colores del despojo consentido.


Callan los mares. Una inspiración atrae su núcleo denso
Boca de lobos marinos que se comen el uno al otro.
Y en el abismo de un azul luctuoso
El Ojo de Neptuno se torna infinitamente poderoso
levantando las aguas hasta conseguir ser uno con el cielo.


Madre Terra levanta los brazos
se fragmenta, se agita, se calla. Olvida y aguanta.
Hoy se vuelca entre sus mismas entrañas
Y de un solo golpe nos trae de vuelta.


En profética anunciación caminamos
los ojos hechos lodo
los sexos bien anudados.
Somos los hijos de la primavera del 68
Somos los mártires excomulgados.


El viento llora por nosotros
debió sentir el desaire de la historia…
El mar aplaca nuestros fuegos
la carne y el sudor de nuestros anhelos:
nos ha prometido la perla de agua dulce del dragón
a cambio de una copa de nuestro llanto sin eco.
No hay réplica ya
no tenemos voz.


Somos los que fuimos
revivimos cada lustro
y lustramos con nuestras caras
el vidrio del progreso impreso en sus bolsillos.


Madre Terra nos ha envuelto
en la nave del pacer merecido
no hay gusanos, no hay excremento.
No hay flores de remordimiento.
Sólo la nave de la ilusión.
Una nave para los huesos del exilio.


Veneramos a Amarylis
veneramos su seno
veneramos su savia
veneramos su aliento
Ella nos encendió por dentro.


Fuimos su verde, su rosa y su amarillo
fuimos su aire, su estambre y su pistilo
fuimos su sonrisa, sus manos, sus ojos, su todo.
Fuimos su espíritu, fuimos su templo.


No somos dioses, sólo fuimos pensadores.
No somos profetas, sólo fuimos parias.
Parimos nuestros hijos de un puñado de tierra
nos escondimos entre la maleza de un sol recalcitrante
fumamos las restricciones y las hicimos bandera
apagamos nuestras voces para darles la vida
a quienes hoy utilizan nuestras ropas
y nos denostan al prostituir nuestras ideas:
hoy ya no se bebe el fuego sin placer.


¡Adéntrense, dioses!
La calma intolerable incita un movimiento
No habrá armas, no habrá fuegos
ni inmunidad que se nos escape por entero.


Madre Terra se sacudirá con la fuerza
de una mujer que grita su libertad:
No más golpes, no más mentiras
no más humillaciones, ni más crueldad.


El Ojo de Neptuno explota
un gran manto de agua se tragará
las ánimas que purgan sin voluntad los errores de otros:
son ofrendas para estos dioses
a cambio del renacer de la humanidad.


Amarylis se adentra
con su perfume y su canto señorial
Permítanle el paso a su Majestad:
es la primavera del 2008
y el mundo debe despertar.

No hay comentarios: