Cómo no amarte
cómo no amar tus silencios
cómo no amar tu alma pura
sí, en la pureza de tu ser yo vivo
me muevo y renazco
cada día, al paso de las horas
revivo mi alma con el palpitar de tu noble corazón.
Cómo hacerte a tí en la impureza
si tu sonrisa te delata:
muchos antes que tú la perdieron
tú eres lo suficientemente sabio
como para recoger los fragmentos de otros
y hacer con ellos
el caleidoscopio de tu puro corazón.
Cómo no amarte a tí
cómo no amar tu inocencia
si a tu lado me siento niña sin penas
si a tu lado me siento mujer de a deveras
Yo no necesito elegir nada
después de tí
no hay cielos partidos
ni tierras resquebrajadas
no hay polvaredas
no hay fuegos que arrollen casas.
Con tu llegada
la infelicidad de mi juventud
se exterminó al contacto de tu rostro
Ese que amo tanto
ese por el que tanto añoro
recorrer de un lado a otro
como los campos que nunca vi en mi infancia
como los prados de una libertad
que apenas hoy, contigo
empiezo a saborear.
Yo soy libre de amarte.
Y me vuelvo agua y miel por ello.
Cómo no amarte en la inercia de mis horas
mi falda
mis manos
Cómo no amarte en tus ojos alegres
distantes
desesperados:
Yo no vengo a juzgar tu pasado
pues tu ayer redime mi presente
recrea mi futuro
y le da espacio abierto
a la felicidad que no se agota
al frenético gozo de tu mirada
a la inmutable alegría de mi fuego interno
al placer de saberme viva
Viva, por ti, a tu lado, contigo...
Viva.
Sí, en el momento en que tú también vives.
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