viernes, 4 de marzo de 2011

Viaje redondo

Querías algo redondo.
He aquí el viaje más universal
en la densificación de la materia:

Mira los pueblos de la piel habitados por los recuerdos
de todas las horas pasadas.
El alimento de la infancia arrullado en la búsqueda.
Las leyes de la intemporalidad de las palabras
triunfando contra la rémora del silencio contenido
en un millón de gestos sin regalar.
La rebeldía de los colores al marchar frente a tu propia casa.
El canto que exhala aquel planeta
por cada passé ejecutado
sobre su propia naturaleza y gas
-naturaleza y masa-
-naturaleza de música compacta-
-naturaleza y hogar divino-
-naturaleza y nada más-.
Las danzas de las frutas imperecederas
guareciendo diminutas diosas en sus entrañas.
El trago a manos llenas de la Vía Láctea a escala y en ocre,

y aquella bóveda flamígera para dejar notas al pie.

Algo redondo.

Como las historias sin premeditación
tan magistralmente circulares,
imperfectas y tibetanas.
Evanescentes, transparentes, en helio la boca derramada.

O como la cerrada noche
que custodia la fe engendrada
y los buenos deseos resguarda
en tanto se repita la odisea de la vida
por cada día que despierta el cuerpo con el alma.

No hay comentarios: