Altaír Sonora y tus puntas titilando
en el fulgor de tu llanto sereno.
Altaír Sonora, tus sábanas mojando
con el sudor de un infinito, galáctico verso.
Altaír Sonora, sueño incandescente
de una mujer que yace en el cósmico anverso
de todo lo que pueda llamarse mundo.
Altaír Sonora, nombre de perfume encajonado
de ámbar insistente.
Altaír Sonora, banda con mariachi integrado,
música celestial del vulgo en los labios.
Altaír Sonora, estrella y flor
con canto de maguey en las manos:
Tú no eres de esta Tierra,
tú no has venido a darnos la paz por el llanto.
Tú resplandeces igual que una luna llena.
Tú haces que olvide mi nombre en tu manto.
Engañas a todos, me engañas a mí;
te engañas, divina, con un olor de fruta en los labios.
Y dejaras de ser mujer, estrella
también te ennegreces
cuando regalas tus ojos al pasado.
Deja que otros mueran por ti.
Tus recuerdos, lo que más te brille.
Dale un sentido a la soledad de tu luz
brillando en medio de la nada azul,
en lo que regresa una oración más divina
y más fuerte
por tus besos de seda luminosa.
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