Casa de luz,
espejo cóncavo brillante nombrado cielo,
resuelta está la noche
y revuelto el sueño mío.
Quiero dejar de soñar
aquella casa sitiada
al otro lado del firmamento.
Traigo de la inocencia extravío
y la memoria hace estragos conmigo en este momento.
Duermo, duermo, duermo.
El ahora bajo tu techo
borra el cómo y los nuncas.
Duermo, duermo, duermo.
El insomnio ya es un vagabundo
en otra parte de este inmenso lugar
que es un jardín de estrellas perdidas para ti.
Duermo, duermo, duermo,
tú cantas y yo puedo dejar
que rebroten las flores de los juegos que de niña perdí.
Casa de luz,
madre añorada,
dime que no te vas
en esta madrugada…
lunes, 7 de marzo de 2011
Casa de Luz (iv)
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