viernes, 12 de noviembre de 2010

Palabra/Espacio

En el espacio que brota
con el sonido del silencio
estás tú y está mi nombre.

Están todas las palabras
capaces de ser dichas
[la palabra vuela, flota y se dispersa
como un dios pequeño oriental de porcelana rosa
frágil al tacto.
El cuerpo hace estallar
los cristales preciosos
de la palabra:
al cuerpo le llegan palabras viciadas por hábito,
la palabra que flota está en otra parte de la ionósfera].

La palabra irrumpe.
El cuerpo intenta oprimirla.

Está en la boca:
nace un nuevo dios,
sonido adentro.

Ése que obliga a aceptar
que algo ha muerto al espacio
entre cuatro nocturnas manos.

1 comentario:

Javier F. Noya dijo...

Un tríptico que nos lleva desde la esperanza a la desazón. Sonidos creando espacios que se encierran en el vacío de manos conteniendo su indelimitado y mortecino volumen, un brillo que parece emanar de todos lados y aquello que nos insufla alguna esperanza, planteado como la creación versión bíblica, pero con los poetas como puntos de este big bang versificado en tus bellas letras. Percuten la existencia, la reflexión, el sentimiento. El triángulo de las dimensiones humanas, quizá los puntos cardinales de la existencia (por qué deberían ser 4?) reflejados en tus versos. Besos.