Un papel se atraviesa entre mis pies.
¿A dónde habrán ido sus letras?
Pienso.
Alguien las habrá lavado con agua purificada
salida de un envase reciclable
en mi lugar
y sin el consentimiento de mi inconsciente no colectivo.
No me detengo a averiguarlo.
El papel copula con mi zapato.
La hipótesis es una idea en silencio
que a nadie le atañe ni le preocupa en este siglo.
Yo únicamente veo un papel amoratado
de líneas inertes
acariciando mi tobillo.
Lo digo y sé que hay un silencio falso.
Todos duermen
mientras hago el trabajo de alguien más
por no tener horario ni beneficio en este mundo.
Un papel se atraviesa entre mis minutos.
Le pregunto qué es lo que busca buscándome.
Él me pidió que volviera a interpretar
el sonido de la perfección que aún me taladra
por dentro.
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