jueves, 4 de noviembre de 2010

La mentira

Cuando una mentira nos sofoque el alma
tanto
como para cubrirnos el uno al otro
la luz del claro de luna,

Entonces
estaremos en el camino
para escindir con nuestros dedos
la cicatriz primigenia que nos dio la vida.

Aquello
que en su beso como de llaga abierta,
tiempo atrás de nuestro arribo
aún nos calla.

1 comentario:

Javier F. Noya dijo...

Parece que hay que parirse a sí mismo, extirparse. Será esa, quizá, nuestra única verdad, lavados de protección amniótica y placentas semánticas. Besos.