lunes, 3 de noviembre de 2014

Querido Dios, este no es un poema
es una carta de petición y de agradecimiento.

Primero, el agradecimiento:
Soy la mujer más bendecida y agradecida
desde que Ramón llegó a mi existencia
me da alegría, me da motivos para salir al mundo
emocionarme si un niño lanzó una burbuja en el parque
emocionarme si oigo a Caifanes
y recuerdo la década de los noventa.
Cuando descubro un libro maravilloso
y es por él que lo leo;
cuando descubro, otra vez, a Wagner y su Parsifal
o a Vivaldi en sus cuatro estaciones
que ahora me parecen cinco
porque Ramón completo es una estación por sí mismo.
Tú me has visto:
abro mis ojos y te doy gracias por él
me enjabono y le canto a él
como y me alimento de sus besitos.
Te agradezco que lo hayas traído
justo cuando quería volver a tus brazos.
Ahora amo la vida, ahora la entiendo desde este
otro ladode la cancha.

Ahora, la petición:
Dame siempre la oportunidad de crecer y ser mujer
a veces soy tan niña
tan egoístamente niña.
Te he pedido que me dejes amarlo con tu Corazón
porque no deseo amarlo desde mi ego.
Ahí vamos, amigo Dios, padre madre míos.
Te pido que me des tu bendición
para hacerlo reír en vez de ser un cadillo
para abrazarlo con mi perfume y mi sándalo
para un buen día despertar y ser la mejor poeta.
Escribir que el amor existe
justamente porque estoy llena de él.
Te pido, en fin, Dios mio, que no me lo quites nunca:
él es mi vida. En verdad lo amo.

Mucho más que los premios y los libros
mucho más que llenarme de curvas y zapatos.
Lo amo, esto es amor real y pleno.

Bendícelo, llénalo de tu luz
dale tu fuerza
dale siempre tu amor para que siga siendo tan bueno
tan noble.
Llénalo de buena vida
de alegrías y salud.
Dale tu opulencia y tu música.

Y dile, dile siempre
que mal o bien
yo lo amo por sobre todo el mundo.

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