lunes, 17 de noviembre de 2014

17 de noviembre

Debajo, muy debajo de la tierra
del lugar donde los tubérculos se pudren
de la raíz sin azúcar de mis otros días
los lejanos y ajenos
los benditos por el caldo de la rabia

Más allá de mi vida negra
de las historias que dejé cuando abracé tu alma

Está esta mujer
un poco más ángel que perra
un poco más puta que niña

Ardorosa Ángela
hoja de papel que ríe
sin escribirle nada.

Debajo, muy debajo de mis ojos
más allá de su tramoya
está mi corazón inocente
extasiado de la flor de tus días.

Pues eres tú mi ciudad colorida
mi explosiva energía feliz
mi carne vibrante de telas de colores

banderas para el paraíso
victorias para mí, la que te ama mucho
con su lucero bajo la niebla
con sus medias caladas sobre tu pene
con la oración matutina que le cuenta a la divinidad
lo mucho que te quise antes del primer beso
lo mucho que te amo
ahora que eres tanto y todo
lo mucho que te adoraré
cuando seamos polvo enamorado
y tal vez, la materia de la estrella que me explota
y me guía y me dice
ámalo fuerte
ámalo, como si de ello dependiera salvar el mundo
y déjate amar por él
como si fueras la húerfana del mundo
totalmente redimida y escuchada.

Debajo, muy debajo de mi poesía
está la pureza
están tres palabras:
nos amamos, Ramón

y eso es lo que importa.

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