Cuando tus pies retumban de cansancio
vienes todavía a mí
y me dices estar enamorado
Lloro con la noche conmovida,
ya lo sabía
siempre lo he sabido.
Pero me encanta escucharlo de tus labios
porque es mi leche tibia
para concebir el sueño
ahora que somos parcela de luz
navegando en dirección al otro.
Cuando tu jornada te finiquita los huesos
vienes a mí
y me das tu luna de enamorado ámbar.
miércoles, 19 de noviembre de 2014
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario