lunes, 24 de noviembre de 2014

Mi corazón renace
en cada avenida de tu lengua vasta
en las calles de tus costillas musicadas
y en las huellas de tus dedos
abriéndose
como archipiélagos convocando Pagea.

Mi corazón renace
como una fruta multiplicada
y en cada palma de mis manos Visnú
llevo la garantía divina
de la restitución luminosa de lo que se entrega

esta vez
tu beso enamorado y en espiral ascendete.

Mi corazón renace
en la oración a las estrellas:
sea siempre así nuestra dicha
la dicha de Dios en nuestra unión
así siempre sea. 

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