miércoles, 5 de noviembre de 2014

Cómo eres dulce, noviembre
cómo con un altar de veladoras
ahuyentas los secretos de dos mundos
unes las distancias como si de un ombligo plata
colgara la respuesta divina.

Cómo te sabes adentrar en mí
con esa ternura buena
con humedad de ojos de niño.

Cómo pudiste saber que lo amaba
cómo fuiste capaz de darme uno de tus días
para yo decir "te quiero"
y luego un beso.

Mírame, cómo es posible
que después de un año
yo siga creyendo en un amor expansible
en una luz de amor contra toda oscuridad.

Me responderás que sí, y luego,
mi hombre, mi niño tierno
buscándome como su nana y su cama de fuego
mi Ramón sereno e inquieto
brincando de sol en sol
y al mismo tiempo observando los colores de mi piel
en cada casa de luz.

Cómo te agradezco, noviembre
que siempre vengas a mí
que ahora vengas a mí
y me digas que te enorgullece mi amor por él.

Cuídanos, protege nuestro amor
avívalo siempre
dale de comer tus dulces frutos
llegados de la serranía de dios
donde el edén es supermercado sin precio.

No hay comentarios: