Yérgome
a pesar de la pleura agonizando en la pared emergente
contra la que se estrella todo lo que creí pude ver.
Una mancha añil podría llover razones
para reventar en llanto
o exhumar el monumento a la Gracia Plena.
Sólo sabemos, mi pie cansado y yo,
que es momento de cerrar los ojos y partir otros cardúmenes
parir una letra antes que la iconografía.
lunes, 2 de agosto de 2010
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